La práctica antiestrés

Una forma de relajación. Así es considerada la pesca deportiva por quienes la practican en Guayaquil.
La mayoría de las personas que pescan de forma deportiva han comenzado de niños, porque sus padres o tíos los llevaron a pescar al estero Salado, cerca a la ciudad, cuando este aún era limpio.
Así relata Carlos Solórzano, residente de la vía a la costa. No recuerda la edad de inicio en el deporte, pero sí que también pescaba en los ríos de Salitre y Daule. Dice que a este deporte tienes que amarlo para aguantar sol, lluvia y la espera que conlleva pescar algo bueno.
“Se sale a pescar dos veces al mes, cuando hay marea baja. Se va en bote al Golfo de Guayaquil. Hay lugares como Sabana, isla Verde, Morreño, isla Mondragón, como a dos horas de la ciudad. Antes se pescaba en el estero, a veinte minutos, pero ya no”, señala.
La pesca es un deporte caro porque se necesita un bote (de tres a cinco personas), un marino con permiso para navegar, y los implementos. Cuando se comienza a pescar, hay gente que usa cañas de 30 o 40 dólares, pero luego uno busca mejores implementos. Se consiguen de hasta de $ 500.
Carlos dice que todos los pescadores tienen anécdotas, que en cada viaje pasa algo. Lo que se busca es sacar especies de bastantes libras. Yo una vez saqué una corvina de 40 libras. La caña se me iba, la alcancé a agarrar y ahí estuve peleando unos 25 minutos hasta pescarla.
Segundo Ramos, también residente de la vía a la costa, comenta que entre los practicantes de este deporte siempre le aumentan unas libritas a lo que han conseguido, “es típico, si pescas uno de 20 libras, dices 25”. Añade que a veces se sacan bastantes pescados de menos libras, pero que realmente lo bonito es estar allí, conversar, contarse historias, esas cosas de las que no muchos disfrutan.
Observar la naturaleza, ver animales como mantarrayas, delfines, árboles y pájaros son otro aditivo de practicar pesca, según Carlos. Él no cambia eso por nada. Los peces que más se sacan son corvinas, róbalos y pargos; y si se pesca en mar abierto, picudos y guajus (en la zona de Ayangue, en Santa Elena).
Ambos forman parte del Club Náutico, en donde se reúnen a diario los pescadores guayaquileños. Por las noches están siempre entre cinco y siete personas conversando de sus anécdotas, según Robert Frydson, otro de los integrantes. En el establecimiento se organizan competencias, en el 2011 hubo pescadores de Corea, China y Chile.
Carlos añade que ha aumentado el número de personas que pescan y eso no es tan bueno porque puede llevar a a escasez de las especies.
Además, se zarpa del club Náutico, los pescadores salen del Yacht Club o del muelle de Puerto Azul.
En la pesca local muchos no aplican lo de picar y soltar al animal, sino que se lo llevan a la casa. La mayoría de pescadores tienen un refrigerador, ahí guardan lo que pescan. Pero en el Club Náutico sí hay regulaciones. En el grupo, sueltanlos peces de menos de 35cm y en campeonatos, los menores a 50 cm. Además, no pescan cuando las especies están ovando.
Contactos
Club náutico: (09) 497-6007. para tours de pesca en la isla puná. comunicarse al teléfono 511-2565
Fuente: El Universo